La soja es un modelo de agricultura industrial. Se basa en un consumo de semillas procedentes de corporaciones, con consumo de herbicidas de corporaciones, con maquinaria de alta tecnología de corporaciones... Es una agricultura sin agricultores. Sólo se necesitan dos personas para 500 hectáreas. Se fumiga desde avionetas. Sólo requiere tierra y más tierra.
-¿Tan mala es la soja?
-Se la ha mitificado como un producto medicinal. Se suele apelar a la cultura china, cuando en China jamás se ingirió tanta soja junta. Además, ellos comen tofu y miso, que es la soja fermentada. Y, encima, nunca es transgénica.
-Algún beneficio tendrá, ¿no?
-La soja tiene un alto contenido proteico y fitohormonas. Es aconsejable cuando se atraviesa la menopausia, porque las fitohormonas son parecidas a las hormonas femeninas. Pero no hay que dársela a los niños menores de 5 años ni a las embarazadas. Además, la soja tiene un inhibidor de calcio, zinc y hierro, importantes para el crecimiento.
-Pues andamos ensojados.
-¡Ingerimos soja en todas partes! En el filete del almuerzo –la ternera come forraje con soja transgénica–, en el yogur de la merienda, en el café con leche... ¡No sabemos qué nivel de hormonas femeninas consumimos!
-¿Eso significa que los pechos...?
-En Argentina, donde el 45% de la agricultura está dedicada sólo a la soja, se distribuye en los comedores populares. Así, un niño desnutrido que se alimente de soja, ingiere el equivalente a dos pastillas anticonceptivas diarias. Para desactivar eso, habría que cocinar la soja durante tres horas. Pero apenas disponen de gas. Le dan un hervor y a la mesa. ¡Hay un alto registro de niñas con pechos y menstruación! Y la osteoporosis empieza a afectar a los jóvenes.
-¿Quién se ha sacado de la manga que es tan beneficiosa?
-¡La industria! La soja es un modelo de agricultura industrial. Se basa en un consumo de semillas procedentes de corporaciones, con consumo de herbicidas de corporaciones, con maquinaria de alta tecnología de corporaciones... Es una agricultura sin agricultores. Sólo se necesitan dos personas para 500 hectáreas. Se fumiga desde avionetas. Sólo requiere tierra y más tierra.
-Empiezo a ver que ése es uno de los problemas...
-La base del forraje que alimenta a cerdos, gallinas y vacas en Europa y China es la soja que viene de Latinoamérica. Ustedes no la ven, pero la consumen. Y eso mata al payés, pero también nos mata a nosotros, porque ocupa nuestras tierras agrícolas. Argentina era productora de arroz, maíz, carne... Pues hoy tenemos que importar lentejas de Canadá, leche de Uruguay... Y como el precio de la soja se determina en la Bolsa de Chicago, la demanda es cada vez mayor, y la avaricia, también.
-¿Se cometen muchas tropelías?
-Sí. La soja está desforestando el norte de Argentina, Paraguay, el Mato Grosso (Brasil). Eso agrava el conflicto por la tierra y provoca corrupción. Los que más tajada sacan son las exportadoras cerealeras, que son corporaciones extranjeras. Están drenando el Paraná, para poder sacar la soja desde el Mato Grosso.
-¿Es como la fiebre del oro?
-Sí. El sur de Latinoamérica da ganas de llorar. Es un desierto tóxico y verde. ¡Hay 15 millones de hectáreas de soja en Argentina! Y avanza con violencia entre las comunidades campesinas. Los sojeros intimidan, desalojan y matan para conseguir más hectáreas. Van desplazando al pequeño productor hacia las ciudades, pasando a engrosar los cinturones de pobreza.
Descargate el informe de Pueblos fumigados de Enero de 2009 --AQUI --
Javiera Rulli-¿Tan mala es la soja?
-Se la ha mitificado como un producto medicinal. Se suele apelar a la cultura china, cuando en China jamás se ingirió tanta soja junta. Además, ellos comen tofu y miso, que es la soja fermentada. Y, encima, nunca es transgénica.
-Algún beneficio tendrá, ¿no?
-La soja tiene un alto contenido proteico y fitohormonas. Es aconsejable cuando se atraviesa la menopausia, porque las fitohormonas son parecidas a las hormonas femeninas. Pero no hay que dársela a los niños menores de 5 años ni a las embarazadas. Además, la soja tiene un inhibidor de calcio, zinc y hierro, importantes para el crecimiento.
-Pues andamos ensojados.
-¡Ingerimos soja en todas partes! En el filete del almuerzo –la ternera come forraje con soja transgénica–, en el yogur de la merienda, en el café con leche... ¡No sabemos qué nivel de hormonas femeninas consumimos!
-¿Eso significa que los pechos...?
-En Argentina, donde el 45% de la agricultura está dedicada sólo a la soja, se distribuye en los comedores populares. Así, un niño desnutrido que se alimente de soja, ingiere el equivalente a dos pastillas anticonceptivas diarias. Para desactivar eso, habría que cocinar la soja durante tres horas. Pero apenas disponen de gas. Le dan un hervor y a la mesa. ¡Hay un alto registro de niñas con pechos y menstruación! Y la osteoporosis empieza a afectar a los jóvenes.
-¿Quién se ha sacado de la manga que es tan beneficiosa?
-¡La industria! La soja es un modelo de agricultura industrial. Se basa en un consumo de semillas procedentes de corporaciones, con consumo de herbicidas de corporaciones, con maquinaria de alta tecnología de corporaciones... Es una agricultura sin agricultores. Sólo se necesitan dos personas para 500 hectáreas. Se fumiga desde avionetas. Sólo requiere tierra y más tierra.
-Empiezo a ver que ése es uno de los problemas...
-La base del forraje que alimenta a cerdos, gallinas y vacas en Europa y China es la soja que viene de Latinoamérica. Ustedes no la ven, pero la consumen. Y eso mata al payés, pero también nos mata a nosotros, porque ocupa nuestras tierras agrícolas. Argentina era productora de arroz, maíz, carne... Pues hoy tenemos que importar lentejas de Canadá, leche de Uruguay... Y como el precio de la soja se determina en la Bolsa de Chicago, la demanda es cada vez mayor, y la avaricia, también.
-¿Se cometen muchas tropelías?
-Sí. La soja está desforestando el norte de Argentina, Paraguay, el Mato Grosso (Brasil). Eso agrava el conflicto por la tierra y provoca corrupción. Los que más tajada sacan son las exportadoras cerealeras, que son corporaciones extranjeras. Están drenando el Paraná, para poder sacar la soja desde el Mato Grosso.
-¿Es como la fiebre del oro?
-Sí. El sur de Latinoamérica da ganas de llorar. Es un desierto tóxico y verde. ¡Hay 15 millones de hectáreas de soja en Argentina! Y avanza con violencia entre las comunidades campesinas. Los sojeros intimidan, desalojan y matan para conseguir más hectáreas. Van desplazando al pequeño productor hacia las ciudades, pasando a engrosar los cinturones de pobreza.
Caso de intoxicación en Larroque, provincia de Entre Ríos – Argentina.
Descargate el informe de Pueblos fumigados de Enero de 2009 --AQUI --
Bióloga, Miembro del Grupo Reflexión Rural (GRR)
Fuente: rel-uita.org
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