Un apicultor de Ramírez, departamento Diamante, Entre Ríos, denunció que debido a las fumigaciones de los campos con glifosato murieron 42 colmenas y se quejó de que esas prácticas, tendentes a asegurar buena cosecha de soja transgénica, no es avisada a otros productores para que tomen medidas, y además envenenan los arroyos con serios problemas para la población.

Hace más de 20 años que trabaja en esta actividad pero si en el campo se sigue de esa manera, lamentablemente "esta actividad se va a pique. Con desmonte y fumigación esta actividad se va a pique"."Me encanta que avancen, que tengan esas camionetas y esos tractores de seis gomas pero a mi enseñaron en la escuela y también mis padres, que a donde termina lo mío comienza lo de lo demás"."Ya no queda nada, al fumigar hasta las banquinas, terminan todo. Alguien tiene que asumir esta responsabilidad para que se hagan las cosas bien y podamos seguir trabajando".
Fuente: aim digital
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